Puede que hayas tomado la decisión de vivir alocadamente, de vivir sin tomar responsabilidades, de no actuar bajo tu llamado, de no alcanzar tu máximo potencial, pero tiene que llegar un momento en tu vida en que realices que hay mucha gente esperando que manifiestes la unción para la cual has sido llamado.
Cuando Dios te unge, no te unge para ti mismo; te unge para sacar a otros de sus aflicciones, de sus amarguras y de sus problemas.
Tiene que llegar el momento en que decidas no huir y no seguir actuando como un loco, porque hay demasiada gente a tu alrededor esperando que manifiestes lo que Dios ha puesto en ti. Padre, no pierdas la cabeza porque, ¿quién va a cuidar y proteger a tus hijos? Caballero, no te des el lujo de vivir en un estado de locura porque, ¿quién va a cuidar de tu familia? Empresario, no vivas más a lo loco porque, ¿quién va a continuar con los negocios?
No pierdas la cabeza. Toma autoridad sobre tus pensamientos y sal del estado emocional que te ha detenido por tanto tiempo. Renueva tu manera de pensar y permite que Dios te de la victoria que tanto has esperado.
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