Dios tiene un propósito detrás de cada problema.
El usa las circunstancias para formar nuestro carácter. De hecho, El depende más de las circunstancias para hacernos como Jesús que de nuestra lectura de la Biblia. La razón es obvia: usted se enfrenta con las circunstancias veinticuatro horas al día.
Jesús nos advirtió que tendríamos problemas en el mundo. Nadie es inmune al dolor o está totalmente aislado del sufrimiento, y nadie se pasa la vida sin problemas. Cada vez que resuelve un problema, otro está esperando para tomar su lugar. No todos los problemas son grandes, pero todos son importantes en el proceso de crecimiento que Dios tiene para usted. Pedro nos asegura que los problemas son algo normal cuando dice, "No se extrañen o se sorprendan cuando pasen por las fuertes pruebas que los esperan, porque esto no es una cosa rara y anormal que les va a pasar."
Dios usa los problemas para acercarlo a Él. La Biblia dice, "El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado; Él rescata a aquellos que tienen el espíritu destrozado"(Salmo 34:18). Sus experiencias más profundas y más íntimas de adoración probablemente ocurrirán en sus días más negros, cuando su corazón está quebrantado, cuando se siente abandonado, cuando ya no tiene opciones, cuando el dolor es grande, y se vuelve únicamente a Dios. Es durante el sufrimiento que aprendemos a orar nuestras oraciones más auténticas, más sentidas y más sinceras. En el sufrimiento aprendemos cosas acerca de Dios que no podemos aprender de otra manera.
Dios pudo haber evitado que José fuera metido en la cárcel, El pudo haber evitado que Daniel fuera metido en la fosa de leones, El pudo haber evitado que Jeremías fuera tirado en un pozo lodoso, El pudo haber evitado que Pablo naufragara tres veces, y El pudo haber evitado que los tres jóvenes hebreos fueran lanzados en el horno de fuego, pero no lo hizo. El dejó que estos problemas ocurrieran, y como resultado cada una de estas personas se hizo más íntima con Dios.
Los problemas nos forzan a poner los ojos en Dios y a depender de Él en lugar de nosotros mismos. Pablo testificó sobre este beneficio: "Nos sentimos sentenciados a muerte y vimos qué débiles que éramos para escaparnos; pero eso fue bueno, porque entonces pusimos todo en las manos de Dios, el único que podía salvarnos." Nunca sabrá que Dios es todo lo que necesita hasta que Dios sea todo lo que le queda.
No importa cuál sea la causa, ninguno de sus problemas pudo haber ocurrido sin el permiso de Dios. Todo lo que le pasa a un hijo de Dios es filtrado por el Padre y su intención es usar eso para bien aún cuando Satanás y otros lo quieren para mal.
Porque Dios está soberanamente en control, los accidentes son sólo incidentes en el buen plan de Dios para usted. Debido a que cada día de su vida fue escrito en el calendario de Dios antes de que naciera, todo lo que le ocurre tiene importancia espiritual. ¡Todo
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