Señor, sé que tú me cuidas con amor y ternura y siempre estas a mi lado, que no das sueños a tus ojos para guardar mi entrada y mi salida, que no me dejas caer. Deléitame Jesús en ti, en tu unción. Quiero hablar cosas excelentes y abrir mis labios para cosas rectas, quiero hablar verdad y detestar las cosas perversas y torcidas. Pongo mi mente en las cosas honestas, virtuosas, justas, amorosas, me concentro en ser una persona digna de ser llamada tu hij@. Quiero ser hacedora de tu palabra y no una oidora más, para ser bendecida en todo lo que hago.
Sé que tengo muchas fallas, y suelo ignorar mis promesas y propósitos, pero a partir de hoy quiero cambiar. Dame la fuerza en tu Santo Espíritu y guarda tus consejos en mi corazón, para habitar en tu palabra y que ella habite en mi. Llevo mis pensamientos sujetos a tu dirección y exalto a Jesús, que es sobre todo nombre, el autor y consumador de mi fe.
Gracias Padre, gracias Hijo, gracias Espíritu Santo, porque soy libre de ansiedades, mi corazón es tuyo y de su abundancia hablaré diciendo que camino, en la paz que sobrepasa todo entendimiento. Amén.
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