“No te acongojes por los problemas, pues todos los tenemos. Déjalos en manos de Dios y verás que él encontrará las respuestas cuando menos lo esperes”. “Dios te acoge en todo momento, aunque parezca que tu largo recorrido se ha truncado, Él te guiará y te dará las fuerzas para seguir. Ánimo y verás que de hoy en adelante te irá mejor que nunca”.
“Recuerda que Dios no te juzgará por cuánto tuviste, sino por lo que diste al mundo. Deja de lamentarte por lo que no tienes y vive feliz con lo que se te ha concedido”.
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