Hay momentos en nuestra vida que parece que nuestro aliento se acaba. Parece que las fuerzas se han ido y estamos listos para morir. Sentimientos de fracaso y de autocompasión llenan nuestra mente y pensamos en respuestas y salidas fáciles que acabarían con nuestra vida.
Es en estos momentos, cuando se toman las decisiones que talvez, marcarán nuestro futuro. Una puede ser el suicidio, otra es irse del país donde nadie nos conozca, otra cambiar de esposo(a) porque ya no lo soporto(a), otra puede ser cambiar de trabajo o universidad.
Pero qué si nos equivocamos?, qué si erramos en nuestra decisión?, solo hay una forma correcta de saberlo, y es orando. Para orar no es necesario ser un religioso, y llenar una hoja de requisitos, sino disponer nuestro corazón y hablar con nuestro Padre celestial.
Él prometio estar en el famoso “valle de sombra de muerte” con nosotros. En este valle no morimos, parece que morimos, pero no hay muerte. En este valle el asunto se pone duro y doloroso, pero hay salida, recuerda que es temporal. Los problemas y las situaciones difíciles son temporales.
Deja que Él tome el control de tu vida; Él nunca te dejará solo, recuerda que Él es tu Pastor, y está dispuesto a dejar todo el rebaño por ir a buscarte, donde quiera que estés…
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