Así que recuerda que a Abraham y Sara no se les hizo fácil esperar por años la llegada de Isaac. Pero cuando Isaac llegó al hogar trajo la risa y la felicidad. Así como ellos tú también sonreirás al ver que llega a tu vida lo prometido por Dios.
¡No pierdas la esperanza, aférrate a ella más fuerte que nunca!
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.
Jeremías 2:13
No hay comentarios:
Publicar un comentario