Necesitamos a Dios no sólo cuando nuestra vida pasa por malos momentos, también cuando estamos en nuestros días de gloria.
El apóstol Pablo hace esta declaración cuando confiesa que ha tenido días de escasez y pobreza como también días de abundancia y tanto en unos como los otros su convicción es la misma
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece...
Quiera Dios que sea también nuestra convicción porque lo necesitamos cuando la situación nos maltrata, le necesitamos para sanidad y milagro, para salvación y estabilidad económica o emocional. Incluso nos es necesario cuando la situación nos sonríe, para saber administrar sus bendiciones, compartir, multiplicar, apoyar, ayudar, planear a futuro…
En sí necesitamos de Dios siempre. Y sólo en Cristo todo lo podemos y en todo nos fortalece.
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